Rojo Ocaso
oema: Este poema creo que ya lo puse en el otro blog, pero de todas formas lo voy a pasa a este. Este es uno de los que más me gustó de todos los que escribí (quizás el que más). Es decasílabo (no sé si se dice así cuando los versos tiene diez sílabas), y no está dividido en párrafos, aunque más o menos tiene palabras que se repiten y formas continuas. La rima es asonante, y riman el 1er verso con el 2do; el 3ero con el 4to y el 5to, y así sucesivamente con los demás.
La sangre cae de la piel blanca,
cae suavemente de la palma.
Trata de escapar de la vida,
intenta llegar a la caída
y que el Sol no ilumine ese día.
Corre perseguida por su presa,
mas no sabe se es la elección esa.
Trata que alcanzada no sea,
intenta que la vida no vea
y que no recuerde al Sol que llega.
Arriba la Luna que se asoma,
la sangre que la ve no razona.
Trata de olvidar esa vista,
intenta que la vida esté lista
y que las estrellas no vean vida.
Ahora la vida no retorna,
por sangre que de herida brota.
Trata ahora de no morirse,
intenta ahora de reírse
mas ahora la vida ha de irse.
Ya no le sirven risas ni lágrimas,
pues la Muerte no tiene lástima.
Trata ahora de escaparte,
intenta ahora de salvarte,
mas la vida te ignora
y la muerte te implora;
el amor no nos maniobra,
y el odio nos adora.
La sangre de la cortada brota.
Envinyatar: 5 de Abril 2004 a las 01:55 AM