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9 de Junio 2005

La caída de la Joya

oema: Otro poema que quizá no es para ustedes. Muy lindas palabras, pobre el final.

Cuando la Mujer hermosa osaba su acercamiento al alhajero,
mientras los pájaros olvidaban cantos y la noche traía encantos,
las joyas no hacían más que disfrutar los bailes de tantos aparejos;
pues veían los largos cabellos de la hermosa doncella en el espejo:
movimientos dignos del maltrato de aquella danza sobre sus manos,
movimientos violetas por la estela ahora empapada en el reflejo.

Cuando la Joya en el alhajero olvidó de seguir escondida,
cuando la mente dejó correr de la Joya los pensamientos,
mientras la Mujer todavía no la veía por su ciega envidia,
la Luna decidió mostrar su cara de eterna perfidia.
Seguía en ese entonces que las joyas se llenaran de sentimientos
y que la Mujer diera sus pasos de pura belleza maldita.

Eligió, pues, la Mujer la joya más linda (¡oh, tan hermosa
era aquella pieza de metal revestida en oro para ella:
sus dulces cantos, sus dulces hechizos, gastados en una persona!),
que diluida en el polvo de la perfección dorada, engreída entona
canciones del futuro, presente y pasado, recordando belleza,
belleza perdida entre los suaves campos y las rojas rosas.

Esa dorada joya pronto se resbaló de su esbelto cuello,
no sin dejar marca alguna, pues al caer la cadena de oro
decidió dejar en la carótida, un delgado corte bello,
esbozado con, de la tan hermosa joya, el mejor esfuerzo.
¡No llores ahora! Te quedaba demasiado bonita en tu rostro.
Sangra sangre bendita, la hermosa doncella ya casi sin reflejo.

Pasaron las distintas alhajas, tanto de oro como de plata,
dejando todas pequeñas marcas, en el cuello como en el cuerpo;
aunque ninguna gran joya dejaría más profunda la marca
que la descrita por la primera, de todas la más hermosa alhaja.
Se desvanecía la Mujer, mas antes tenía que mirar su destello,
puesto que la que tanto había esperado, salía de su muralla

Ella al mirar aquella alhaja roída, salida de su escondite,
decidió probarla porque su atracción estaba creada por magia.
En seguida tan encantada, la Mujer olvidó el corte triste,
olvidó pues también la oscura muerte que la sangre reviste;
y así dejó pasar la vida por tiempos sin lágrimas rancias
haciendo a la Joya sus más queridas caricias con mucho desviste.

Mas la Joya se cayó, y al caerse se rompió, y al romperse lloró.
La sangre brotó, y al brotar se decidió, y al decidirse mató.
¡Llora ahora dama, por la Joya caída, Joya rota! Y con amor
sufre, hermosa doncella, por la pérdida de belleza y calor.
¡No olvides nunca, ni dejes de soñar, por la muerte y la vida,
por tus llantos y por tu sufrimiento! ¡Recuerda esa Joya caída!

Envinyatar: 9 de Junio 2005 a las 08:34 PM
Comentarios

toma pere q aprendas

Escrito por eduardo a las 1 de Julio 2005 a las 11:44 PM

Acaso existe algo que inspire más que una ruptura?
Brindo por las experiencias que vivimos con nuestras rosas de invierno.

Escrito por tu hermanita con collar de perro a las 9 de Junio 2005 a las 10:21 PM
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