uento: Hasta yo me quedé sorprendido cuando creé este cuento. Lo acabo de crear, hace unos minutos que lo terminé, y demoré sólo algo así como una hora. Me encantó, no me pregunten por qué. Le puse muchas metáforas porque me encantan, aunque quizá no se noten mucho. Sólo lo leí una vez (más la vez mientras lo escribía) pero pienso que me quedó muy bueno. La verdad es que no tuve ganas de corregirlo, así que quizá muchas cosas no tengan sentido o tenga faltas de tipeo (quizá también faltas de ortografía).
Mis pies se movían y mi cuerpo se adelantaba. Veía el fuego y la muerte; sonría al ver como todo lo que una vez había sido ya no era más, destruido por el que siempre fue y el que siempre será. Edificios construidos con avaricia, con grandes figuras, de tantos colores; con tantas penas hechos, por tanto egoísmo construidos. Sentía los gritos y los lamentos, la piedad de los que pecaron, que ya estaban preocupados, pues ellos bien sabían que vidas había destruido, y que el mundo habían deshecho.
Todo esto veía, pero a mí nadie me tocaba, todos pasaban a mi alrededor y se chocaban conmigo, como si yo no estuviera; me intentaban matar y no podían, la locura ya había tomado sus mentes. Veía sombras que pasaban de un lado al otro escupiendo fuego; veía nubes blancas que volaban por el estrellado Urano, que caían al tocar las sombras; criaturas moraban en la tierra, y comían todo, sin preocuparse por lo que sea, y chocaban contra todo, destruyendo sus propias huellas, sin dejar rastro.
Todas las criaturas se posaban a mi lado, y caminaban junto a mi, esperando mi aprobación, para que hagan la venganza que hace tanto había sido predicha, y que estúpidos humanos habían olvidado. Ellas disfrutaban conmigo el atardecer, disfrutaban todo lo que veían: el cielo rojo, las nubes negras, los gritos rotos, las tristezas estas; conmigo disfrutaban y me sonreían, era yo el rey de todo, el genio de la destrucción. Organizaba la desorganización, la destrucción del que destruye, para que nunca su sonrisa triste, vea la cara feliz de animales o fieras.
Un pobre hombre con su niño en sus brazos vino, y se arrodilló ante mis pies; él era el único que entendía. Me besó la mano, y me pidió piedad. ¿Acaso el hombre sintió piedad cuando la naturaleza reclamaba lo suyo? No, ni siquiera si inmutó. Tenía un niño, ese niño del futuro, al que ya muchos veces hemos dado oportunidades, pero no sólo nos han defraudado sino que con más cuidado, destruyeron todo a su paso, y ni siquiera me besaron la mano. Agarré del cuello al hombre y lo levanté a sus pies, pronto pasó una sombra y el hombre sólo pudo tirar dos lágrimas que rozaron mis botas. El niño había quedado en el piso, y lo agarré y lo tiré a mis bestias y ni llorar pudo, ni lamentar intentó, porque ni su propio destino era conocido por las Parcas.
Tenía todo en mi mano, todo el mundo, todo el fuego, toda la vida; yo dirigía todo, había conquistado el destino de los hombres. Tiré el fuego y la ira, y todo quedó quieto, ni el fuego que todo lo come se siguió moviendo; negro trono se levantó del suelo, me senté en él mirando hacia donde el Sol bajaba, donde todos los puntos se unían. Y me quedé quieto, tanto tiempo que el humano no podría imaginarlo, y ustedes se quedaron quietos tanto tiempo que no podrían imaginarlo; otra vez se movieron y yo los veía pasar tan rápido que ni su desesperación veía. Así fue como una sombra blanca vino caminado despacio, desde el atardecer hasta donde yo me encontraba. Yo, con una reverencia me bajé del puntiagudo trono, y lo dejé a él sentarse:
-¿Quién es usted que osa venir hasta cerca de mí tan despacio, sin observar ni llorar por todo lo que pasa en su oscuro alrededor? Supongo que eres un Dios, y por eso te cedo mi asiento; supongo que vienes a mirar el final, y por eso te cedo mi asiento; supongo que vienes a terminar y por eso te cedo mi asiento. De cualquier forma, tu grandeza es dicha por tu mismo ser, y si no quieres contestarme no tienes ningún deber de hacerlo.
-No soy ni un dios ni una figura semejante, yo soy la Muerte que viene a tratar de terminar la masacre, y así lograr la paz para que se pueda vivir tranquilo. No tengo grandeza, lo único que tengo es respeto por ese ser que fue creado, por ese ser que pareció ser tan maravilloso. No necesito de tu asiento, pues no estoy cansado aunque haya caminado de lejos; no necesito tu ayuda, aunque no voy a poder contra esto sólo; no quiero tu piedad porque no eres más que el final. Me preguntas cómo me atrevo a acercarme, pues te cuento que soy un enviado que viene a terminar esto, no tienes que destruirlo todo; me enviaron a que te destruya si esto es necesario. Ya contesté mi identidad, ahora muestra la tuya que ningún dios que habita el anchuroso Urano ha sabido decirme.
-Yo soy la simple creación del final, yo soy la destrucción. Fui creado para terminar con todo esto. No fui creado por alguien, sino que soy la razón de mí mismo, yo siempre existí y nunca existí; vengo para el desorden final y soy un enviado de mí mismo. Dices que vienes para terminar con mi destrucción, pues no serás capaz, tus palabras no son más que inservibles para mi; yo razono lo que me dicen y yo doy razón de lo que digo, sin embargo tu nunca has dicho por qué quieres terminar con el sufrimiento de los mal hechos humanos que deshacen todo construyendo para ellos mismos.
-El humano habrá destruido, pero dio tanta vida que ha conseguido el perdón de los dioses, los que me envían para empezar de vuelta, para darle otra oportunidad al humano, que se la merece. Tú no tienes sentimientos y por eso no vives y no existes, destruyes todo por venganza y no piensas en una segunda oportunidad; si no quieres terminar con todo esto pronto tendré que matarte.
Ya el Final pensaba lo que pasaba, la Muerte lo había dejado pensando. Sabía las respuestas, sabía cómo contestarle, pero si la destrucción la Muerte traía de parte de Dios, entonces él ya no iba a existir más. Por primera vez sintió miedo, y no sabía lo que esto era. Y sonrió al ver la muerte de todas las personas, al ver las sombras que pasaban y las criaturas que ahora comían todo; con una mano señaló a todas las cosas, como diciendo que esto era lo que el humano había hecho, que esto era lo que el humano había pedido, su propia destrucción.
Miró el atardecer y lo disfrutó, y lloró al ver como todo se destruía, mientras sonreía. Eran gotas de alegría las que caían, tan buenas que al tocar el suelo se evaporaban; reflejaban la luz del Sol que ya no estaba , e iluminaron todo. Entonces el Final le contestó a la Muerte:
-Llora tu también, pues ya no podrás lograr tu propósito. El hombre destruyó tantas cosas, destruyó todo lo que era bueno y yo conocía, las cosas que yo quería, las cosas que yo disfrutaba. Ahora ya no queda nada, ellos me comieron mis árboles, ellos se comieron mi felicidad; ahora yo me como la de ellos, me como sus construcciones para que tengan lástima y vean lo que es ver sus casa muertas, me como su felicidad con el fuego, y ellos sufren mientras yo disfruto. Puesto que ya no necesitas el asiento, yo me sentaré a observar el final antes de que me mates. Ya no puedes hacer nada, y me río con las lágrimas que están corriendo por mi cara tratando de que todo se termine pronto y que yo pueda recuperar mi felicidad antes de que tú me la quites.
Se sentó el Final en su silla, y observó todo mientras sonreía y se daba cuenta de las lágrimas que corrían por sus mejillas tratando de que todo se termine rápido. Así la Muerte lo vio y simplemente respondió:
-Tu alma será tomada y torturada hasta que se logre otra vez al hombre y que todo se construya de vuelta. En es momentos serás liberado y convertido en mortal para que sufras lo mismo que a los que hiciste sufrir. Vas a ver su pena y vas a tenerla, y no vas a poder hacer nada, y yo me voy a reír mientras esas mismas lágrimas van a recorrer tu cara. Ahora dame tu alma, pues tu cuerpo ya no sirve.
Mientras el asiento volvía hacia la tierra y mientras el fuego se apagaba y las sombras ya se iban junto con las criaturas, y con las almas de los hombres, yo, el Final, contesté: -Pues entonces que este sea el final de todo, así lo digo y así será- y no quedó todo y sólo quedó nada.
holaaaaa...se ta bueno pero yo dijo q se alguien me quiere agregar este es mi mail : miguel_88000@hotmail.com ...la verdad q esta bueno .pero yo escribo para q me agreguen xD ...:P jejejje.....;)epero q me agregues porq nose ...xD
Escrito por miguel se ya se otra vez a las 19 de Diciembre 2004 a las 04:53 AMBuena Ventura
La verdad que me gustó, tenés mas talento para escribir que el que me imaginaba, y aca además tenés terrible sequitó de gente que te apoya, esta bueno eso por lo menos tenes a tu gente acá.
Segui escribiendo y Suerte
Ignacio
oye... hablanco en serio.... haceme un cuento a mi!!!
otra bromita
jajaja....
haceme un cuento a mi... pero que termine en una gran fiesta y orgia!!!!! jajaja (es broma)
claro la historia tenia que tener ese final tan tragico... todo indica a que los humanos se jodan por el resto de sus dias... o por lo menos en el momento antes de morir
Escrito por Ambar a las 10 de Mayo 2004 a las 11:44 AMNo creo que en el final todos se empiezen a volver locos y hagan todo lo prohibido y etcétera, no tienen tiempo (por lo menos según mi cuento). Porque estés en donde estés un dragón (que me gustó más ponerles el nombre de "sombras" pero en realidad esa era la idea principal) viene y te puede matar, así también como los monstruos que van por la tierra. La gente no tiene tiempo de hacer algo, más que correr y tratar de esconderse.
Un final tan divertido (si se le puede usar esa palabra) sería sólo cuando el final lo cree el propio humano.
Apocalyse now????
me gusto el cuento...
pero creo estar de acuerdo con lua xD (fiesta y orgia)
una buena historia oscura
(bien hecho)
Un final para la humanidad muy lúgubre no crees?'
Yo lo imagino con un fiestorro de excepción, orgías, despipote a tutiplé, y que todo lo prohibido es permitido,... XDDD
Dark kisses
Me ha gustado :)
Escrito por lua a las 8 de Mayo 2004 a las 11:15 AM